Muchas cosas han cambiado en mi vida desde que vivo en Los Angeles. Una de ellas ha sido el cambio en mis hábitos alimenticios y los horarios.
El desayuno hoy, es la comida más importante de mi día. Y la cena ha cambiado de horario. En Uruguay, la mañana comenzaba con mate amargo y sin nada sólido. Hasta almorzar a las apuradas algún plato con carne animal, guisos, pastas etc. La cena aparecía entre las 9 y las 11 de la noche y daba igual si eran huevos fritos con milanesa y papas fritas o un buen guiso de lentejas.
En la actualidad el desayuno es la base de mis restantes horas. Sin él no sobrevivo. Y la cena no puede pasar de las 7.30 pm. El lunch es rápido y muy liviano, de lo contrario tendría que dormir la típica siesta europea que tanto odié en la infancia y con la que jamás estuve de acuerdo.
Recuerdo que en mi antigua vida, se me dificultaba trabajar luego del mediodía. Una somnolencia estilo "bebé" me impedía estar lo suficientemente lúcida como para ser productiva en mi empleo. No digamos nada luego de la cena...dormir con la sensación de tener una bolsa de piedras en mi estómago provocaba pesadillas de las cuales se podrían hacer millonarias películas de ciencia ficción y llegar al salón de la fama de Hollywood.
Mi desayuno es religión.
Uno de mis desayunos preferidos son las sausage patties de
Morning Star al grill con queso muzarella vegano o queso tipo americano, pan integral con varios granos y un huevo estrellado en el medio. Acompañado de jugo y café.
También suelo desayunar papas saltadas con cebolla, morrón rojo y revueltas con huevo y salchichas vegetarianas. O pan tostado con Tofutti.
Mornig Star es una marca que recomiendo usar. Puede encontrarse en supermercados como
Albertsons...
